jueves, 1 de agosto de 2013

BAJO LA REGADERA

era la primera vez que veía a un hombre completamente desnudo, el vello púbico y era hermoso como acentuaba su sexualidad de aquel joven delgado, alto, y bello, que estaba frente a mi, su sexo, era potente, pues ya habíamos tenido jugeteos, previos, al decirle que me tallara la espalda en ocasiones anteriores, solo para que me viera mi espalda desnuda y mojada, recorriendo la mirada hacia mis nalgas, era un pudor casi natural el cual comenzaba por la vista, y por el deseo, así que ambos nos metimos a la regadera, con el temor latente que nos descubrieran, pues eramos pubertos, cada quien se quito la ropa, nos quedamos completamente desnudos y de vez en cuando se escapaba una mirada rápida para verlo desnudo, entramos uno a la vez a la regadera, al turnarnos, mientra el se enjabonaba, yo me enjuagaba, el no debiamos de tardar demasiado, pues mis padres se podian dar cuenta que no nos encontrabamos bañando juntos, eramos jóvenes y pudorosos, el deseo carnal nos apoderaba por la vista pero nunca hubo penetración, nos enjabonabamos las espaldas mutuamente, nuestros cuerpo eran enjabonados por mis propias manos, pero la vista se encontraba postrada frente el miembro eréctil de mi compañero de regadera, mientras nos enjabonabamos el cuerpo con el jabón en una mano con la otra nos masturbabamos viendonos mutuamente, podía observar a otro hombre masturbarse frente mi, el uno al otro sin tocarnos solo masturbandonos, los nervios nos traisionaban pues en cualquier momento podía haber tocado la puerta del baño, y esos nervios eran los cuales nos hacían sentir tanto miedo pues la verguenza se había ido,

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