jueves, 4 de abril de 2013

EN MI CAMA

Invite a este hermoso chico a mi casa cuando supe había regresado a la ciudad, cuando lo conocí era delgado, sigue siendo guapo, bien parecido o por lo menos lo es para mi, llego abrigado por la obscura noche, se sentía un frío de aquellos que cala los huesos, ya hacia tiempo sin vernos después de la universidad, seis años para ser exactos, y comenzamos a platicar, en una charla amena, y profunda, de aquellas platicas de tantos años sin verse, mientras la amenizábamos con unos caballitos de tequila. Ya entrados en la platica cerca de la media noche, le pedí una disculpa, pues me sentía avergonzado por mi comportamiento con el alguna vez cuando generosamente me atravesó con su poderosa espada,en la playa, claro era de esperarse no la acepto, sin embargo me contó una historia que me dejo boquiabierto, cuando me relato una experiencia sexual que el había tenido con un familiar cuando era un jovencito, y como lo quería volverse a repetir, pues no podía dejar de pensar en ello, y como se masturbaba pensando en todo lo que había sucedido aquel día de verano en la playa. Fue como una trueno cuando me reveló su mas intimo, y preciado secreto, con un poco de vergüenza y pudor en su rostro reflejaba cierto deseo de insatisfacción que las mujeres no podían brindarle, recuerdo claro aquella noche, y como el me pidió que apagara la luz y me tomo entre sus brazos, cuando despacio pero con una euforia incontenible nos fuimos despojando de la ropa palmo a palmo, beso a beso, no podía creer que yo después de tanto buscar y buscar lo había encontrado, aquel hermoso ser, de piel morena, y gran corazón era mio. Enverado por el tequila quería comérmelo, literalmente, como aquel manjar, que sacie tu hambre, el morbo que sentía por dentro, era incontenible, no podia disimular los sollozos y leves quejidos que me provocaba al entrar en mi cuerpo, fue fantástico, esa es una de aquellas veces que sientes como se detiene el tiempo, no ves pasar los minutos, ni las horas, ami me parecía una eternidad bastante placentera. Como explicarles las mil formas que adoptaban nuestro cuerpos una detrás de otra, eramos uno solo, pues no sabia donde comenzaba su cuerpo y donde terminaba el mio, exhaustos me dijo estar cansado, pues para ser honesto yo también lo estaba, el me invito a quedarme junto a el en aquella noche, sin dudarlo yo acepte, pues quería sentir aquella ardiente piel cerca de mi por la noche, pues el gélido frió.

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